Cultivos de hoja de coca: indígenas contra la ilegalidad
Nos ubicamos en el departamento de Antioquia, un territorio que todavía conserva características del pasado y en el que puede observarse la conservación de las tradiciones, reflejada principalmente en las características arquitectónicas de sus municipios: iglesias grandes e imponentes con pocas intervenciones de construcción, calles empedradas, viviendas de tabique y, lo que es sorprendente, pero también maravilloso: la presencia de resguardos indígenas repartidos en todo el departamento y dedicados a vivir con autonomía sus normas, sus formas de economía y la manera en la que se relacionan con otros.
Entre los años 2014 y 2017 la autonomía y seguridad de estos resguardos se vio afectada por los grupos armados que controlaban la zona. La siembra de cultivos ilícitos en estos resguardos indígenas muestra variaciones en las que diferentes eventos políticos nacionales tienen una influencia importante. En este caso, el Proceso de Paz, la firma del Plebiscito por la Paz y los nombres sonados para la próxima presidencia son algunos de los eventos que afectaron de una u otra manera la siembra y crecimiento de estos cultivos ilícitos.
El uso de la hoja de coca para tradiciones indígenas comenzó a tener, entonces, otro problema: el narcotráfico comenzó a hacer parte del paisaje.
Cosmogonía indígena
En cuanto al cultivo de hoja de coca hay dos caras de la moneda: el que se realiza con fines de ceremonia y tradición, y el que los grupos armados ilegales quieren monopolizar para continuar su papel en el narcotráfico.