ANGUSTIA
Leímos una nota de la valiente Jineth Bedoya en el periódico El Tiempo, donde le da voz a una madre, que como muchas, se encuentran en un espiral de angustia, un túnel interminable, oscuro donde lo que suena es el eco de aquellas voces que reflejan un sistema judicial colapsado, que no tienen las capacidades ni las personas capacitadas para tratar temas tan serios que involucran el bienestar y derechos de un menor de edad.
Así como se menciona al inicio del texto, Lorena, la madre, tenía una noción muy vaga acerca del abuso sexual infantil, es más, no lo tenía en el radar, no contaba con que esta problemática alguna vez en su vida se iba a ver reflejada en la mirada y cuerpo de su hija. Este es uno de los muchos errores de la sociedad; ignorar que esto existe, pensar que solo le sucede al otro, pero a mi no… Son muchas las excusas para no abordar la realidad de miles de familias, sin importar su estrato socioeconómico, edades, puestos de trabajo, etc.
Por nuestro lado, también queremos ser esas voces de las que quedan en el olvido, esas voces que no paran de nadar en contra de la corriente, donde no ven una salida pero que de igual forma siguen con los ojos alerta ante cualquier otro daño hacía su ser más amado. En este caso, sentimos la impotencia, reconocemos la falta tan grave del sistema judicial del país, la escasa ayuda psicológica que puede recibir la víctima y su familia. Son muchos los obstáculos para obtener justicia, para ayudar a los menores, sentirse seguros y proteger a los niños y niñas de acciones tan inhumanas que parecen sacadas de la peor película de terror, donde el monstruo no solo es el abusador, sino que también, el sistema judicial que se supone es el que vela por la seguridad de la sociedad.
Link de noticia completa:
https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/papa-me-dijo-que-era-un-secreto-un-indignante-relato-de-abuso-517250?cid=SOC_PRP_POS-MAR_ET_WHATSAPP