En uno de sus cuentos, imaginó Borges un gremio de cartógrafos tan detallistas que el mapa de una ciudad tenía el tamaño de la ciudad y el mapa del imperio el tamaño exacto del imperio. Ese es el rigor de un mapa que pretenda incluirlo todo. Los cartógrafos reales han entendido, sin embargo, que deben enfocarse: temperaturas, relieves, fuentes de agua, pero también población, desplazamiento, masacres. La posibilidad de superponer cartografías diversas y aparentemente ajenas entre sí es una provocación al visitante para que identifique patrones, interactúe, reflexione y entable otras conversaciones con la información aquí presentada.