Son independientes de las ramas del poder público porque sus funciones incluyen, precisamente, desde ese lugar de independencia, la vigilancia del poder y la protección del pueblo colombiano. Los organismos de control son tres: la Contraloría General, que vigila cómo se ejecutan los recursos del Estado; la Auditoría General, que evalúa la gestión fiscal de la Contraloría, y el Ministerio Público, a cargo de la Procuraduría General de la Nación, que, entre muchas otras cosas, protege los intereses nuestros y de la sociedad.