Nicolás Arroyave
“Tengo justo un tatuaje sobre el amor porque para mi el amor es la energía que mueve al mundo y nos permite y nos orienta a vincularnos y a ser en el mundo.”
“Yo me nombro como un hombre transgénero porque creo que, en la biomédica y en la medicina como tal, la distinción que se hace es la intervención quirúrgica a las que las personas se someten para aspirar al sexo que les corresponde, es decir, personas que tengan reasignación de sexo o que también tengan procesos de medicación. Yo personalmente soy un hombre trans-medicado, pero yo hago la apuesta por el género, el género entendido como una reflexión del sexo.”
Yo no sabía que yo no era “un niño” hasta mis 8 años, yo siempre me desarrollé normal, obvio con el pensamiento conflictivo; me encontraba en un entorno donde era problemático algunos comportamientos o elecciones que tenía y no entendía por qué.
“Hasta que entendí un poco más la semántica cultural y me di cuenta que era diferente. Crecí con muchos procesos difíciles, en mi adolescencia, fui muy rebelde, aparentemente sin causa, pero sentía una constante inconformidad, tuve procesos depresivos muy fuertes que me llevaron a una autolaceración y hace como 3 o 4 años empiezo a preguntarme sobre mi lugar en el mundo y mi género”.