Por Manuela Echeverri Vélez
Desde el 27 de abril hasta septiembre de 2023, se exhibe en el Centro de Artes, del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, la exposición Soberanía y Diseño, basada en el trabajo de la pareja de artistas y diseñadores José Ignacio Vélez y Patricia Córdoba.
Para su tesis de grado del programa en Diseño Industrial de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) en 1983, José Ignacio Vélez y Patricia Córdoba recorrieron 8 departamentos, 21 municipios y 32 veredas del país para descubrir cuáles eran los objetos que se utilizaban en el campo colombiano para dar soluciones a problemas o necesidades cotidianas. Ahora, 40 años después, EAFIT, junto con los artistas y la consultoría cultural Puente, se unen para dar a conocer esta obra artística de la que ha transcurrido suficiente tiempo sin que su contenido sea apreciado.
Soberanía y Diseño —como se denomina la exhibición que se extenderá en el Centro de Artes de EAFIT hasta septiembre de este año—invita a la comunidad académica, las nuevas generaciones y a la ciudad en general a reflexionar sobre el consumismo y crear conversaciones alrededor de las enseñanzas que podemos obtener del campo colombiano.
La exposición, de manera resumida, cuenta la historia y la función de los objetos que surgen de la naturaleza y se utilizan en la ruralidad colombiana para saciar necesidades. Según la explicación dada por los curadores, la muestra artística nos habla de objetos con memoria del lugar, tiempo, clima e ingenio de las manos que los transformaron en elementos imprescindibles para las personas del campo.
Durante la inauguración de la exhibición, el 27 de abril de 2023, se vivieron momentos para apreciar no solo el arte plasmado en toda la sala, sino también la presentación musical de La Colombina y la conversación entre los artistas y Germán Ferro Medina, uno de los curadores. Entre aplausos y felicitaciones del público, los artistas recordaron anécdotas de su tiempo recorriendo a Colombia.
El trabajo que está expuesto, más que una tesis de grado de Diseño Industrial, es también un estudio antropológico. Los artistas, sin saberlo, a lo largo de su recorrido estaban realizando una labor de etnografía de las comunidades a las que se acercaban y de los objetos con los que se encontraban. La soberanía, que es definida por los curadores como “el conocimiento pleno de los recursos”, es también el valor que ayuda a identificar la realidad del país en sus zonas más rurales y menos invadidas por la industrialización.
En este espacio cultural son exhibidos alrededor de 180 dibujos de los 284 que fueron realizados para el trabajo de grado de José y Patricia, 20 muebles, 140 utensilios y 160 diapositivas. El Centro Cultural está dividido en 5 núcleos: Hijos del bosque, Los trabajos y los días, Diálogos y tensiones, Habitación y descanso y, por último, Laboratorio vivo.
Si bien cada núcleo está lleno de contenidos y creaciones únicas e interesantes, uno de los más llamativos para los estudiantes es el Laboratorio vivo. Desde la inauguración hasta el final del primer semestre, este será un espacio de creación e investigación para los estudiantes de Diseño y de Comunicación. Posteriormente, una vez terminado el semestre, se convertirá en un ambiente donde serán exhibidas las creaciones e investigaciones de los estudiantes en torno a estos contenidos.
En el espacio principal del Centro de Artes están enfrentadas, a modo de ring de boxeo, diferentes tensiones propuestas por los curadores de la exposición y los artistas. Algunas de estas tensiones son: Valor del uso-consumo, lo artesanal versus lo industrial, lo urbano versus lo rural, el trabajo versus el ocio, entre otras. No obstante, también se tiene planteadas realizar diferentes actividades mientras la exposición está exhibida. Dentro de estas actividades se encuentran una clase maestra de Música y la presentación de un libro en compañía de Comfama.
Volver a nuestras raíces
Olga Elena Acosta, una de las curadoras de esta exposición, explica el valor y la relevancia que tiene exponer un trabajo que fue realizado hace 40 años. Ella afirma que el hecho de que el trabajo haya sido realizado por universitarios en aquel entonces y que hoy sea expuesto en la Universidad es muy valioso, pues demuestra la importancia que tiene a veces tomarnos el tiempo de mirar hacia el pasado y retomar costumbres propias. Este será un espacio que, además de los estudiantes de Ingeniería de Diseño de Producto y las áreas de Humanidades, toda la comunidad eafitense podrá aprovechar para ampliar su conocimiento y generar reflexiones sobre estos temas.
En pocas palabras, la muestra artística habla sobre la soberanía en el diseño, en el conocimiento de los recursos y en el acceso a estos mismos para solucionar problemas sin la necesidad de una transacción comercial. Acosta afirma que la exposición “nos hace un llamado a mirar el ingenio, el consumo y la sostenibilidad”.
Gran parte de los dibujos que son expuestos explican de manera detallada cómo funciona ese objeto retratado y de qué materiales está hecho. Esto muestra las grandes capacidades que se desarrollan en el campo y que muchas veces desde lo urbano no se aprecian, creyendo que son las personas de las grandes ciudades las que van al campo a enseñar, cuando en realidad se podría estar aprendiendo del campo.
Los dibujos y demás piezas de la exhibición hacen una invitación a todos los colombianos a identificar de verdad el lugar en el que se está. También a reconocer el valor del territorio y a apreciar los recursos que la tierra brinda y que muchas veces pasan por desapercibidos o ni siquiera son considerados como una oportunidad o algo útil.
¿Por qué en la Universidad EAFIT?
Juan Antonio Agudelo, coordinador del Área de Extensión Cultural de EAFIT, expone el por qué traer este tipo de espacios a la Universidad. En sus palabras, la exposición contiene información con relevancia sobra la memoria, el patrimonio y la historia, actores que hoy en día son determinantes para la formación de profesionales íntegros y con consciencia cultural.
Anota que presentar esta exposición “es necesario para que las nuevas generaciones se den cuenta de que las necesidades propias y singulares de un país en desarrollo pueden no estar directamente atendidas de las influencias del extranjero, si no que, aquí mismo, hay una sabiduría popular, que es lo que se refleja en esta obra”.
Asegura que EAFIT es un epicentro cultural de la ciudad de Medellín y que desde la institución siempre están buscando proyectos que aporten de manera significativa al escenario artístico y cultural de la ciudad. Soberanía y Diseño no es la excepción. El trabajo de José Ignacio y Patricia es una puerta abierta para el diálogo para diferentes miembros y sectores tanto de la comunidad eafitense como de esta capital.
Todos los pregrados de la Universidad se pueden ver involucrados en las conversaciones que se generaran a partir de la información ofrecida por estos dibujos, utensilios y muebles. Desde la Escuela de Administración, hasta la de Ingenierías y Ciencias, y la de Artes y Humanidades, podrán ser partícipes de los espacios no solo de la exhibición, sino también de los interactivos ubicados en este espacio del bloque 32.
Los organizadores de esta exposición
La consultoría cultural Puente fue esta vez la encargada del montaje y el desarrollo de la exposición. Puente es una agencia que se dedica a la creación y el desarrollo de contenidos culturales. Han trabajado en los escenarios privado y público. Para esta ocasión, Olga subraya que ha sido especial y gratificante trabajar en este proyecto, pues ya conocían la obra de José Ignacio Vélez y él, junto con su esposa Patricia, depositaron toda su confianza en la agencia para la creación y el desarrollo de la exposición.
Esta es la primera vez que el trabajo de José y Patricia conoce los ojos del público, por lo cual es la primera edición de la exposición. Sin embargo, el ideal es que la muestra conozca otros escenarios culturales. Los artistas y curadores desean llevar Soberanía y Diseño a los ojos de los capitalinos para 2024.
Soberanía y Diseño promete ser, más que una exposición artística, un espacio de reflexión y diálogo dentro de la comunidad. La idea es generar consciencia de los recursos que existen en los territorios rurales y cómo las comunidades del campo han aprendido a darle el mejor uso posible.