La quebrada La Hueso se comporta en dos tramos. Uno en canal en b y otro en cajón. Muchas veces, este canal no soporta la carga hidráulica y se desborda.
A la altura de la carrera 82 con la calle 48, la quebrada La Pelahueso desemboca en la quebrada La Hueso. El encuentro de estas dos fuentes hídricas, generalmente, no registra mayores estragos. Sin embargo, en época de lluvias, ambas quebradas aumentan su caudal y velocidad, lo que deriva en desbordamientos y filtraciones que inundan los parqueaderos y las zonas residenciales cercanas.
Asimismo, el encuentro entre la Ana Díaz y La Hueso, a la altura del Patinódromo, provoca inundaciones en temporadas específicas.
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El urbanismo acelerado ha generado cambios ecosistémicos en la relación agua-capa vegetal. Gracias al cambio del uso del suelo, aumentan las aguas y los sedimentos que tributan a la cuenca.
La quebrada La Hueso transporta, en gran parte de su recorrido, material de arrastre como arena, piedras, gravilla, etc. Este material llega a su cauce debido a las actividades de explotación de canteras cercanas al afluente. Los diferentes sedimentos generan socavamientos en los muros y placas de la canalización.
Cerca a la estación Floresta del metro de Medellìn, el 20 de abril de 2023 la Secretaría de Medio Ambiente se encontraba en labores de mantenimiento de reparación de placas. Esto para evitar filtraciones de agua que deriven en socavamientos.
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El agua tiene dos formas de comportarse. Por un lado, una parte se infiltra en la tierra para “guardarse” hasta las temporadas de sequías y calores extremos. Por otro, el agua restante fluye por su cauce a manera de escorrentía. Cuando la escorrentía es mucho mayor al agua infiltrada, hay problemas.
Una avenida torrencial obedece a que en un momento súbito hubo una gran precipitación o una gran tormenta en la montaña del nacimiento de la cuenca. A veces, se producen tormentas que generan crecientes de 15 o 30 años. Esto se debe a la acumulación de agua histórica que almacena la quebrada en su cauce.
En época de lluvias fuertes, intensas y frecuentes, el nivel del agua de La Hueso crece. Las problemáticas de orden social que rodean ese punto específico de la cuenca, contribuyen a generar situaciones de riesgo en donde los habitantes de calle que viven alrededor o dentro de la quebrada, son arrastrados por avenidas torrenciales.
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